La historia del conjuro.
En 1971 Roger y Carolyn Perron se mudaron a una granja colonial en Harrisville, Rhode Island, con sus cinco hijas, e inmediatamente empezaron a experimentar diversas experiencias sobrenaturales. Según la familia, el primer fenómeno que ocurrió fue la escalofriante presencia de un espíritu que tenía la costumbre de tocar a la puerta de la casa por la noche, despertando a toda la familia.
Los espíritus, a partir de entonces, comenzaron a manifestarse de distintas formas. El espíritu más temido y violento era una entidad maligna que se identificó en una sesión de espiritismo como Betsabé (Bathsheba en la película), quien quería tomar control sobre Carolyn, la madre de la familia Perron. Andrea, la hija mayor del matrimonio, aseguró que Betsabé, a quién llamó “un alma olvidada de Dios”, posiblemente todavía se creía la dueña de la casa, y por eso estaba empeñada en sacar a su madre de la vivienda y también por eso quería para sí a Roger y a las cinco hijas. “Betsabé atormentaba a mi madre con su mayor temor: el fuego. El espíritu se acercaba a ella en la noche. Mi madre la describe como un ser que tenía una cara espantosa y deforme, con la cabeza inclinada a un lado y con el cuello roto. No tenía ojos ni boca y parecía como las telarañas que cuelgan en las esquinas de la bodega”.
Según cuenta la leyenda local, Betsabé fue una mujer sospechosa de ser una bruja y fue acusada de hecho de sacrificar a un niño como una ofrenda al diablo. Más de dos docenas de muertes misteriosas ocurrieron en la propiedad mientras ella vivió allí. Según los mismos relatos, Betsabé vivió una vida miserable y murió de anciana en 1885, pero con su deceso no habrían cesado las muertes. Posteriormente, dentro de la misma propiedad, habrían ocurrido dos suicidios documentados (uno de ellos un ahorcamiento en una de las vigas del granero), un envenenamiento, una violación y asesinato de una niña de 11 años, dos ahogamientos y la muerte de cuatro hombres por congelación.
La familia Perron vivió durante una década en la temida casa y sólo salieron cuando la propiedad fue exorcizada. Andrea Perron escribió posteriormente el libro “House of Darkness, House of Light”, en el cual narra la terrible experiencia por la que pasó su familia. A partir de este volumen se hizo el guión adaptado para la película “El Conjuro”, que fue realizado por la misma Andrea, quien afirmó que “nadie en mi familia se sorprendió demasiado o se asustó al ver el film, ya que lo que ocurrió en mi casa fue mucho más terrorífico que lo que se mostró en la pantalla”.
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