El parque del demonio.
En la década de los años setenta, en la paradisiaca ciudad de La Paz se inauguró un parque marítimo llamado: “El laberinto”, cuyo objetivo era el entretenimiento, pues entre sus principales atracciones había un teatro subterráneo, rampas para patinar, juegos y un laberinto en donde los enamorados se podían perder, sin duda era un gran lugar para la recreación, sin embargo con el paso del tiempo se fue quedando en el olvido, hasta que un temible ser llegó a habitar el territorio, el cual ahora es llamado: “El parque del demonio”
Al quedar prácticamente en pleno abandono, los jóvenes eran los únicos que disfrutaban del lugar, pero no sanamente como antes, pues rayaban sus paredes, se emborrachaban, consumían sustancias prohibidas y cometían todo tipo de barbaridades, por lo que los policías constantemente realizaban rondines de vigilancia, aunque estos se murieran de miedo.
Y no por aquellos delitos menores, sino porque algo más aterrador que unos jóvenes rebeldes, comenzó a rondar en el parque, sectas satánicas dispuestas a invocar a Satanás, pues los adoradores del diablo realizaban misas negras y rituales para su rey, el cual se manifestaba en cuerpo presente.
Hay una espeluznante historia que sucedió en 1998, cuando dos policías que hacían sus rondines, vieron que en el parque, un grupo de personas estaban alrededor de una fogata, donde quemaban un gato vivo, cuando los sádicos se percataron de la presencia de los uniformados, salieron huyendo. En unos minutos llegaron refuerzos y cuatro policías entraron por el laberinto, donde fueron testigos de ver algo que los atormentaría para siempre, pues al final del laberinto vieron una siniestra figura de piel negra, cuernos y unos ojos rojos que rabiosamente los observaba. Todos huyeron despavoridos.
Se dice que desde entonces un ente vestido de negro deambula por el parque buscando almas para atrapar.
Al quedar prácticamente en pleno abandono, los jóvenes eran los únicos que disfrutaban del lugar, pero no sanamente como antes, pues rayaban sus paredes, se emborrachaban, consumían sustancias prohibidas y cometían todo tipo de barbaridades, por lo que los policías constantemente realizaban rondines de vigilancia, aunque estos se murieran de miedo.
Y no por aquellos delitos menores, sino porque algo más aterrador que unos jóvenes rebeldes, comenzó a rondar en el parque, sectas satánicas dispuestas a invocar a Satanás, pues los adoradores del diablo realizaban misas negras y rituales para su rey, el cual se manifestaba en cuerpo presente.
Hay una espeluznante historia que sucedió en 1998, cuando dos policías que hacían sus rondines, vieron que en el parque, un grupo de personas estaban alrededor de una fogata, donde quemaban un gato vivo, cuando los sádicos se percataron de la presencia de los uniformados, salieron huyendo. En unos minutos llegaron refuerzos y cuatro policías entraron por el laberinto, donde fueron testigos de ver algo que los atormentaría para siempre, pues al final del laberinto vieron una siniestra figura de piel negra, cuernos y unos ojos rojos que rabiosamente los observaba. Todos huyeron despavoridos.
Se dice que desde entonces un ente vestido de negro deambula por el parque buscando almas para atrapar.
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